jueves, 17 de julio de 2014

El análisis de José Manuel González de la Cuesta sobre "Babas de caracol"

Escrito por José Manuel  González de la Cuesta, en su blog La escritura esférica



Lo único que se me ocurre decir de la novela “Babas de Caracol” es que es una gran novela; una obra de madurez literaria de la escritora valenciana María García-Lliberós, que nos retrotrae a esa gran literatura de novelas que se construyen en torno a la vida de un personaje, como puede ser Onofre Bouvila en la “Ciudad de los Prodigios” de Eduardo Mendoza, o la princesa Selma, maravilloso personaje femenino de la novela “De parte de la princesa muerta”, de la escritora Kenizé Mourad, entre otros. Porque “Babas de Caracol” narra la vida de Berta Astomi Ferrán, una mujer de armas tomar, que transita con su existencia a lo largo del siglo XX, en la que la autora focaliza las miserias de la alta burguesía valenciana durante casi cien años de grandes e importantes cambios sociales. Berta Astomi, una muchacha criada entre los algodones de una familia terrateniente, con grandes extensiones agrarias cercanas a Valencia, ve cómo su carácter alegre y abierto de la juventud se va agriando por la ruptura de un amor equivocado, las presiones de una sociedad muy cerrada sobre sí mismo, y por una familia opresiva, gobernada por un padre demasiado autoritario, hasta convertirse en un mujer huidiza del mundo, con una sola obsesión: cumplir una venganza, para que su nombre quede limpio entre sus descendencia, para la posteridad.
     Este es el hilo argumental de una novela que está perfectamente trazada en sus tempos narrativos, yendo y viniendo del pasado a la actualidad, con una discreción que, a veces, se hace imperceptible. No significa esto que no sepamos en qué momento se encuentra la narración, sino que el fundido que nos traslada de la época pasada a la actual se hace con suma delicadeza. De tal manera que el otro personaje principal, Pedro Ribera, afamado escritor sobre el que recae el encargo de Berta de ajustar cuentas con su pasado a través de la literatura, se mueve con absoluta libertad entre su vida, en plena reconstrucción emocional, y la de Berta Astomi, mediante el proceso de escritura de una novela, que acabará liberando a ambos personajes, Pedro en el presenta y Berta en el pasado, de sus fantasmas.
    En síntesis, “Babas de Caracol” es una novela imprescindible para cualquier amante de la literatura, con unos personajes, principales y secundarios, muy bien construidos, que retratan perfectamente la mentalidad de una época, y las grandezas y miserias de los humanos, plagadas de emociones, odios, amores, virtudes y venganzas, impecablemente escrita y narrada. Una obra con la que podemos decir, que María García-Lliberós ha alcanzado la madurez literaria y narrativa. Encontrarse con una novela así, en una época de tantas banalidades convertidas en libro, es una suerte y una esperanza, que nos deja entrever que más allá de la mercantilización de la escritura, se sigue haciendo muy buena literatura.   

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