sábado, 29 de agosto de 2015

"El olvido que seremos", de Héctor Abad Faciolince

Editorial Seix Barral, 2010 (colección booket)
274 páginas.

          El 26 de agosto de 1987 el doctor Héctor Abad Gómez, padre del autor, fué asesinado en pleno centro de Medellín (Colombia), a la luz del día, con absoluta impunidad. La policía abrió un expediente y lo volvió a cerrar cinco años más tarde sin involucrar a nadie en el delito. Fueron los años de plomo en Colombia, en los que la vida humana valía nada, cuando gobiernos corruptos, apoyados por la clase social adinerada, junto a ejecutores grupos paramilitares, decidían en un casino la lista de las próximas víctimas.
          Veinte años más tarde, Héctor Abad Faciolince escribe este libro con el hermoso título El olvido que seremos, un verso de Borges, precisamente para conjurar su significado, para que nada se olvide y, al tiempo, aprovecharse de las propiedades terapéticas de la escritura.
          La obra tiene una primera parte bellísima en la que nos da a conocer la personalidad del doctor Abad en familia, la relación amorosa entre padre e hijo, el único varón entre seis hermanas, la alegría que contagiaba a su hogar de ese hombre enamorado de la vida, luchador nato contra las injusticias humanas, padre dispuesto a hacer felices a sus hijos, trabajador incansable para sensibilizar a las autoridades de la necesidad de velar por la salud pública, por la calidad del agua potable y el saneamiento de los barrios más pobres de la ciudad. Lo que a la larga lo enfrentará con las fuerzas económicas poderosas, incluso dentro de la universidad en la que era catedrático de salud pública.
          La segunda parte intenta contarnos de la manera más objetiva posible, siendo consciente de que la herida sigue abierta, lo que ocurrió aquel día de agosto y los que lo precedieron en que unos sicarios al servicio de un grupo cuya identidad se supone, mataron a su papá. Es un relato interesante porque aporta información sobre el entramado social de Medellín, esa ciudad con la mala fama de haber llegado a tener el índice mayor de asesinatos por persona del mundo, las fuerzas vivas, la mentalidad de la época, el comportamiento de la Iglesia o de algunos curas, tan lejano y desconocido por nosotros.
          También recrea la muerte natural de su hermana Marta, de dieciséis años, de cáncer, porque supuso un antes y un después en la familia. Sin duda debió conmocionar al autor  que le seguía en edad, y afectó hondamente a su padre, pero este capítulo, en exceso largo y minucioso, debilita a la postre el núcleo principal de la obra.
          Un libro muy valiente, pues el autor no duda en citar con nombres y apellidos a los enemigos de su papá, honesto, necesario como homenaje a todas las víctimas, clarificador, escrito con una prosa fluida que mezcla el estilo de la crónica con el intimista.
          Muy recomendable.

viernes, 21 de agosto de 2015

"Inmersión", de Cristophe Ono-Dit-Biot

Editorial Berenice, 2014                                     
Traducción de Iballa López.
Gran Premio de Novela de la Academia Francesa, 2013.
Premio Renaudot des Lycéens, 2013.
448 páginas.
19,95 €, en papel; 6,49 €, en electrónico.

          He aquí una novela hermosa. César, Paz y Héctor podrían haber formado una familia feliz, si Paz hubiera querido. No fue así y, sin embargo, César decide escribir la historia de su amor por Paz para que Héctor, el hijo de ambos, cuando fuera mayor, pudiera explicarse la ausencia de su madre.
          Escrita por César en primera y segunda persona, porque lo mismo recuerda que habla a su hijo, recrea su enamoramiento de Paz, una asturiana joven y bella, dedicada a la fotografía artística, residente en París, enérgica, apasionada que, en todo momento sabe imponer su autoridad en la relación. César es un periodista francés, bastante mayor y sufre los altibajos de su pareja. La novela es interesante porque explica cómo el amor y la pasión sexual, por intensos que sean, no son suficientes para garantizar la estabilidad. Además, porque aporta una información valiosa sobre el mundo del arte, la interpretación de las obras artísticas y su capacidad de generar emociones en contraste con un mundo que va a la deriva hasta dar miedo, y sobre el mundo marino, el medio natural de los tiburones. César ha viajado y conocido paises lejanos y para él, Europa es el reducto de seguridad del que no quiere salir. Paz se ahoga en una Europa decadente e hipócrita y necesita ver por sus propios ojos otros paises y experimentar. Héctor se encuentra en medio de ambos egoísmos y, será en definitiva, quien sufrirá la mayor pérdida.
          Un desenlace sorprendente, en el espacio más artificial del mundo, los emiratos árabes, donde Paz edificará su mundo propio y encontrará su final, el que iba buscando, en el fondo del mar.
          Amor, felicidad, muerte, dolor, contados con una prosa fluida y con un punto de vista sobre la realidad actual que merecen la atención del lector.
          Una novela muy premiada en Francia con merecimientos para ello.
          María García-Lliberós

viernes, 14 de agosto de 2015

Reseña de José Antonio Vidal Castaño, en su blog

viernes, 14 de agosto de 2015

Mis notas sobre "Babas de caracol"



José Antonio Vidal Castaño.

Babas de caracol (Barcelona, Plataforma editorial, 2014), es una novela cuya lectura no decae a lo largo de sus más de trescientas páginas, lo que ya, de por si, es un mérito. Y lo es más para quienes apreciamos las dificultades que entraña escribir sobre problemas íntimos o de índole familiar. Babas de Caracol de María García-Lliberós (Valencia, 1950) nos traslada a ese mundo con historias y personajes superpuestos en torno a un sórdido asunto de familia.

La tragedia se palpa a través de la reconstrucción de la vida de Berta Astomi una mujer que acaba de fallecer, casada, con dos hijos y heredera de una cuantiosa fortuna. Su doliente biografía es investigada y novelada -por expreso encargo de la finada- por Pedro Ribera, un escritor de cierto éxito, que es convocado a la lectura de un insólito testamento.

Berta familiar y socialmente desahuciada, vive, según nos cuenta Ribera, desde el dolor y la impotencia -emociones que García-Lliberós plasma con maestría- su guerra silenciosa y sin esperanzas contra el machismo y la hipocresía. Ribera trasunto de la autora, no se olvida del contexto y nos introduce, con habilidad, en el clima de intriga y crueldad que reina en el seno de esta respetable familia cristiana. Y es que Berta ha cometido un grave pecado al separarse legalmente (al amparo de la ley de divorcio de 1932) de su marido, un advenedizo sin escrúpulos de quién estuvo enamorada. Su muerte, tras una vida de repudio y aislamiento, posibilita cierta reparación por medio de la recuperación de su memoria. Asombra la erudición desplegada para explicar los aspectos jurídicos del legado hereditario. Ribera entrega, dentro del plazo señalado, el libro que reivindicará personal y socialmente a Berta Astomi.          

No es lo mío hacer de crítico literario. Lo que si pretendo es recomendarles la lectura de estas Babas de caracol y hacer, a sus futuros lectores, una sugerencia: no se dejen seducir por Pedro Ribera, por sus dudas y dificultades (las propias de cualquier escritor); quédense con Berta Astomi protagonista de esta agridulce historia. Una mujer poco corriente, quién como la Rebeca de Daphne du Maurier, influye en la mente de los personajes que la aman y la odian, que la mencionan o la silencian.  

    

viernes, 7 de agosto de 2015

"Pan, educación, libertad", de Petros Márkaris

Editorial Tusquets, 
colección Ardanzas, 2013 (1ª edición epub) 
256 páginas.   
18,00 €, en papel; 7,99 € en electrónico.

          Es evidente lo listo que ha sido Petros Márkaris (y la editorial que lo publica) al utilizar el género negro para mostrarnos los estragos que la crisis ha producido en la sociedad griega. Esta fórmula que combina características de la de novela social con otras propia de la policíaca, ha sido un éxito de ventas, especialmente en España que ve las orejas al lobo todavía griego. Pan, educación libertad es la quinta entrega, si no me he despistado, de la serie que protagoniza el comisario de homicidios Kostas Jaritos y su encantadora familia, porque la familia de Jaritos va a ser el ejemplo que toma el autor para explicarnos las estrategias de supervivencia ideadas por las amas de casa ante las imparables disminuciones de renta. 
          Esta novela se escribió como muy tarde en 2013, antes por tanto de las últimas negociaciones del gobierno griego con la Unión Europea, pero ya con la nación hundida en un pozo sin fin de frustración y miseria. Se adelanta a los acontecimientos e imagina un escenario a 1º de enero de 2014, fecha en la que se inicia el relato, con un país que sale de la economía del euro para regresar a la del dracma, con todas las consecuencias que ello conlleva. El miedo se agudiza, pues instalado llevaba un tiempo, en el centro social. Junto al miedo se acrecienta la desesperanza y la solidaridad, y también la sed de venganza de una generación joven y sin futuro que responsabiliza a otra mayor, o a personas individuales de esa generación, de ser los causantes, con su enorme ambición, del estropicio.
          Empezarán a aparecer cadáveres, en este caso tres identificados con los conceptos del título de la novela, y se plantearán las hipótesis de un asesino en serie, o de un grupo terrorista. Los lectores de Márkaris comprobarán que el esquema es similar a sus anteriores relatos. Interesantes, en este caso, los episodios históricos que cuenta relativos a la época de la dictadura de los coroneles, el encierro de la Politécnica en 1965, la represión con más de 200 muertos y muchos heridos, las torturas policiales posteriores y el nacimiento de los conocidos como generación de la Politécnica, formada por los supervivientes, unos héroes a los que se les atribuye la caída del régimen y que, por lo visto, no supieron administrar con sabiduría, justicia y solidaridad su victoria. 
          En definitiva, una novela ideal para el verano. Distrae, instruye y te hace reflexionar sobre su comparación con la realidad española, proporcionando temas de debate en cenas con amigos. Una prosa funcional sin mayores pretensiones. 
          María García-Lliberós





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